a inteligencia artificial (IA) se emplea con creciente frecuencia para automatizar las tareas de gestión en los lugares de trabajo: según el 30 % del personal trabajador de la UE, sus organizaciones utilizan dispositivos digitales para asignar turnos y según el 52 % para determinar la velocidad del trabajo (OSH Pulse).
Si bien estos sistemas racionalizan las tareas repetitivas y aumentan la productividad, también plantean riesgos, como la pérdida de autonomía, el aumento de la vigilancia y la desprofesionalización.
Garantizar que el impacto de los sistemas de gestión del personal trabajador basados en la IA sea positivo y seguir un enfoque centrado en el ser humano es crucial para la seguridad y la salud en el trabajo. Esta es la razón por la que la campaña «Trabajos saludables» emplaza actualmente este ámbito prioritario dentro de su punto de mira.